DEPENDENCIA



Hay veces en la vida en que somos consciente de que nuestra felicidad no debería depender de otras personas, sino que debería residir en nosotros mismos. Nos damos cuenta de que somos emocionalmente dependientes de los demás y que tenemos que liberarnos de esa atadura.Analizando nuestra conducta podemos ver que: un tipo de dependencia emocional puede ser la de realizar las cosas en función de las opiniones de los demás, incluso en situaciones que no tienen importancia podemos reprimirnos por pensar en lo que los demás pueden opinar de nosotros.Otra forma de estar atados por la dependencia emocional es la necesidad de reconocimiento por parte de los demás, esto hace que nuestra estima este en sus manos lo que puede acabar en una depresión, ya que nos quita una guía ética que nos oriente en nuestras relaciones y acciones. La aprobación de lo que hacemos debe de venir de nosotros mismos y la aprobación de los demás debe ser secundaria.Seguimos descubriendo que la falta de decisión es otra forma de dependencia emocional, dejando que los demás sean los que tomen nuestras decisiones lo que puede hacer que nuestra vida se convierta en un infierno, ya que podemos terminar viviendo la vida de los otros, lo que nos lleva a ser incapaces de sentirnos a gusto con nosotros mismos, perdiendo la identidad.Las consecuencias de la dependencia pueden generarnos: ansiedad, depresión y la ira.Para recuperar nuestra independencia podemos: Conocer nuestra propias necesidades.Creer en nuestra intuición.Confiar en nuestros valores y principios.Recordar experiencias pasadas, y sin juzgarlas extraer la lección aprendida.Aceptar que somos imperfectos (como todos).Y sobre todo recordar que: conociéndonos a nosotros mismos comprenderemos el valor que tenemos y el lugar que nos corresponde ocupar en cada momento. Carmen

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